Pese a que han transcurrido dos milenios desde la dispersión de los judíos por todo el mundo, la presencia judía en Israel, su tierra ancestral, jamás se ha visto interrumpida. Además, desde el nacimiento del Estado de Israel en 1948, la nación se ha visto bendecida con el histórico regreso de exiliados judíos; dos millones y medio de ellos procedentes de todas partes del mundo.
     Conscientes de la visión de Jeremías "Yirmeyahu" que sostiene que "los hijos volverán a su territorio". (Jeremías "Yirmeyahu" 31:17)
     Esta increíble reunión de seres humanos ha alcanzado realmente proporciones Torahicas, ofreciendo una especial promesa de refugio físico y libertad espiritual a los judíos que sufren persecución o pobreza.
Con una extraña unidad, los líderes de Israel han considerado estimulante la inmigración judía o aliyá como un alto deber de índole estratégico, moral e histórico.

     Durante el siglo 20, más de 100,000 judíos inmigraron a Israel procedentes de Estados Unidos. Aunque por sí sólo este país conforma la mayor comunidad de la diáspora judía, este número representa una pequeña fracción de toda la inmigración o aliyá en general.
     Quizá esto podría atribuirse a la relativa comodidad política y económica que gozan los judíos de Estados Unidos y Canadá en comparación con sus hermanos que residen en naciones de gran opresión y antisemitismo.
     Muchos de los inmigrantes u olim norteamericanos son judíos ortodoxos, movidos por un idealismo enraizado en las Escrituras de vivir sus vidas en la patria judía.

     Desde el establecimiento de Israel, más de 60,000 judíos han inmigrado a dicho país desde Sudamérica, en especial de Argentina, pero también de Brasil, Uruguay, Chile, México y Perú. La confusión económica —ocurrida principalmente en años recientes en Argentina— así como el creciente antisemitismo han estimulado esta aliyá.

     Más de un millón y medio de judíos han inmigrado a Israel procedentes de Europa. En este continente tomó cuerpo el Sionismo, el cual revivió después en la era moderna. Sin embargo, la casi destrucción de la civilización judío-europea fue la causa de la creación del moderno Estado de Israel que convenció a los judíos desposeídos de Europa a echar allí nuevas raíces.
     La caída del comunismo, hace más de una década, hizo posible que los judíos de la antigua Unión Soviética emigraran a Israel en masa, muchos de ellos con ayuda de La Fraternidad. El actual resurgir del antisemitismo (especialmente jóvenes radicales y alienados de las crecientes comunidades musulmanas) en Francia, Bélgica, Gran Bretaña y partes de Europa del Este está provocando que algunos judíos de estos países consideren hacer aliyá.

     Más de 270,000 judíos huyeron de Irak, Irán, Yemen y Siria así como de otros países del Medio Oriente ante el despertar de una violenta ola antisemita surgida después del establecimiento de Israel como nación. Asimismo, más de 60,000 judíos emigraron de Turquía, el secular Estado musulmán ubicado entre Asia y Europa.

     Alrededor de 450,000 judíos han inmigrado a Israel procedentes de África. Esto incluye a más de 400,000 que huyeron de Marruecos y otras naciones árabes del norte africano, ante el despertar de una violenta ola antisemita surgida después del nacimiento de Israel en 1948.
     A su vez, más de 50,000 judíos llegaron a Israel procedentes de la bélicamente abatida y empobrecida Etiopía, incluyendo aquellos que fueron rescatados en el famoso puente aéreo de las Operaciones Moisés y Salomón, respaldadas por La Fraternidad y sus patrocinadores. Más de 16,000 inmigrantes u olim, muchos de ellos de origen ortodoxo, inmigraron a Israel provenientes de Sudáfrica.

     Más de 26,000 judíos han inmigrado procedentes de la India, otros 4,000 de Afganistán y cerca de 1,000 de China.

      Aproximadamente 5,000 judíos han inmigrado a Israel procedentes de la región oceánica. Esto incluye cerca de 4,000 judíos provenientes de Australia y casi 500 de Nueva Zelanda.